Rosa en la huerta de casa, Muelas de los Caballeros, Zamora
Embestidas, mordiscos y picaduras
A Rosa,
en cuya sangre se ceban los mosquitos.
Mira una vaca, ¡qué susto!
¡qué miedo, mira una víbora!
Decidme, sustos y miedos:
¿quién desplumó a las
gallinas?
¡La zorra!
Quien tenga piernas que
corra,
yo voy volando en la brisa.
¿Quién ajagó a las ovejas?
¡El lobo!
Entre mordisco y adobo,
solo ajagó a las merinas.
Las churras, como eran
viejas,
quedaron para cecina.
Lagarto, mira esa araña
y no la pierdas de vista.
En esta parte de España
quien no te muerde te pica.
Puede picarte un pimiento,
un escorpión, una avispa;
puede morderte una yegua,
un burro, alguna vecina...
El perro muerde si ladra
y si no ladra, mastica.
El que no muerde es el toro,
pero ay de ti si te mira.
¿Adónde vas sin zapatos?
Voy a coger lagartijas.
En el envés de las peñas
sestean las sabandijas.
¿Hay alacranes?
A veces.
Cuando depongas las heces,
cuidado con las ortigas,
los cardos, las zarzamoras,
los toyos y las gatinas.
Hay otros dientes menores,
otros picores
que pican:
mosquitos, moscas, erizos...
En los castaños pellizos,
en los rosales espinas.
¿Hay más picor en el mundo?
La sarna.
Pero esto aquí no se estila.
Son de mentar las cebollas,
los ajos y las guindillas;
los puerros, los sabañones
y algunas otras cosillas:
el pimentón, por ejemplo:
capón, chorizo, morcilla.
Y el humo denso de leña
que sale de las cocinas.
Poesía elemental
Mariano Estrada www.mestrada.net
Paisajes Literarios
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