domingo, 23 de diciembre de 2018

La aldea


Justel, Zamora

La aldea

Se fueron los hombres,
dejaron la aldea.
Y queda un anciano
que vaga
las calles desiertas.

Se fueron los niños,
quedó la tristeza.
La sufre un anciano
que tiene
cariño a la tierra.

Y quedan paredes
de barro y de piedra.
Y viejos maderos
cruzados
que sellan las puertas.

Se parten los años
lesiones y grietas.
Rebaños de alcobas
desnudas
detrás de las rejas.

Afloran los patios
matojos de hierba.
Se duele el tejado
del agua
que burla las tejas.

El campo baldío
de abrojos se puebla.
De abrojos que cubren
caminos,
senderos y sendas.

Testigo es el monte
de gentes y huellas.
De fuentes y cosas
habidas
que ya son ausencias.

Se fueron los hombres,
quizás ya no vuelvan.
Las casas se cubren,
vacías,
de cielo y estrellas.

Se fueron los niños,
¡Benditos que sean!
Lo dice un anciano
que sabe
decir cosas bellas.

Poesía elemental
Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios

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