Foto tomada de internet sin ánimo de lucro
La voz
Te
sigue una voz, una forma,
sus
ojos te hieren, te matan.
¿Por
qué no te marchas? -le dices.
La
huyes, la olvidas y callas.
Así
desvanece tu frente
los
sueños más hondos del alma.
De
día, los días te duelen.
de
noche, las noches de matan.
Los
días te duelen,
las
noches te matan.
Te
sigue una voz en susurros,
te
llega muy dulce, muy agria.
La
oyes, la quieres, la mimas,
la
odias, la ignoras, la apartas.
De
luz te emborracha los ojos,
de
sombra te embriaga la casa.
De
luz y de sombra,
los
ojos, la casa.
Te
sigue una voz, te persigue,
de
cielo, de dicha, de rabia.
Te
grita, la sientes, la ignoras,
te
llama, la quieres, la apartas.
Te
duermes, despiertas, te aburres
y
encuentras que es vano ignorarla.
Despiertas
y sabes
que
es vano ignorarla.
Entiendes
que incluso los perros
conocen
sus días de caza.
Los
perros lo saben
y
esperan la caza.
Poesía
elemental
Mariano
Estrada www.mestrada.net
Paisajes Literarios
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